18 de octubre de 2010

Historias de uno y una II

1969, EEUU.

Pocos días después del choque entre un portaviones australiano y un destructor estadounidense en el Mar del sur de China, un 8 de junio, Richard Nixon, presidente desde ese mismo año, anuncia la retirada de 25000 soldados estadounidenses del Vietnam.

A ella la noticia parece no producirle ni frío ni calor, pero al momento un sentimiento de tristeza y una lágrima escapan de su aparente impávida cara. Hace mucho tiempo que no sabe de su pareja, un joven ciudadano amante de la música que el conflicto pilló por sorpresa mientras cumplía servicio militar. Hace tiempo que lo da por muerto, aunque se resigna a aceptar tal idea. Ese mismo verano, convencida por unos amigos, decide abandonar su vegetativa vida, sale de su estado inerme en el que se encuentra emocionalmente y decide ir con ellos a un festival de música, donde podrá ver algunos de los cantantes favoritos de su amado (y de ella también). Así asiste, en el agosto de ese año al festival de Woodstock, en el que entre otros muchos artistas, músicos como Jimi Hendrix, Joan Báez, Carlos Santana, Janis Joplin, Joe Cocker o The Who cantan en favor de la música y la paz (criticando abiertamente la Guerra del Vietnam). Durante esos tres días de música y desenfreno conoce a otro chico, del que después de la pasión vivida durante las intensas jornadas, decide establecer como su pareja.

A muchos kilómetros de EEUU, en Vietnam, la guerra sigue. Es ya septiembre, y de todas las promesas de Nixon, solo la de mantener apoyo económico al gobierno de Vietnam del Sur parece cumplirse. De la retirada de tropas anunciada por su presidente, ni el menor movimiento al respecto ha percibido. Él, un joven amante de la música forzado a ir a la guerra durante su servicio militar, no consigue sacarse a su amada de la cabeza. Son ya altas horas de la madrugada, y después de meses fuera de un sitio "tranquilo" y "seguro", por fin tiene un momento de descanso mientras escucha una emisión de radio desde EEUU. Decide escribir una carta a esa chica morena de ojos verdosos que dejó en su país natal.

Un tiempo más tarde, una carta procedente del Vietnam llegó a su domicilio. Ella, que en principio la miró con desconfianza y con algo de rencor, no pudo evitar que un escalofrío recorriera su cuerpo al entender la procedencia de la misma. Sus presagios se cumplieron, y el firmante de aquella carta era su compañero, su amado. Al contrario de lo que ella había pensado, él estaba vivo. Después de tanto tiempo sin noticias, de tanto sufrimiento y tanta añoranza, la carta, que le brindaba las más bonitas de las palabras, se convirtió en una bomba que ella no supo desactivar en su mente. Atormentada por la situación, viviendo con otro chico que había conocido al haber dado por muerto a su verdadero amor, decidió una madrugada acabar con su vida de una sobredosis. Simultáneamente a esto, en Vietnam pocos días después de enviar la carta, nuestro protagonista causaba baja de las tropas Estadounidenses.

La carta, donde él le demostró todo su amor a ella, tenia un peculiar final:

"p.d- Espero que te hayan gustado estas sinceras palabras que te dedico desde este infierno, pero tan bellos sentimientos son provocados por la más querida de mis pasiones, mi amada. No obstante, debo reconocer que incluso aquí, a veces por la radio, suena música celestial. Esta noche, mientras te he escrito la carta he conseguido escuchar un tema (Lamento) del nuevo álbum de uno de mis pianistas de jazz favoritos, Duke Pearson. Con todo, espero escuchar tu celestial voz pronto".

Duke Pearson grabó entre el 11 y el 14 de abril y el 5 de mayo de 1969 su álbum How Insensitive. La canción que escuchó esa entrada noche en Vietnam estaba cantada por Flora Purim. El tema, basado en una canción de Antonio Carlos Jobim, tiene letra en portugués, que él no entendió. La letra de la canción que escuchó (sin entender) mientras escribía unas bonitas palabras para su amada decía:

No puedo olvidar, tu mirar, lejos de mis ojos
Ay (lamento), mi vivir, de esperar, para decirte adiós
Mujer amada, destino mío
En la madrugada, la noche corre ya por mis ojos
No puedo olvidar, tu mirar, lejos de mis ojos


http://www.youtube.com/watch?v=8ujI6e66ATQ

8 de octubre de 2010

Machete: Racismo, Violencia y Terrorismo de Estado


La pasada edición del Festival de cine de Venecia estrenó la nueva película de Robert Rodríguez, Machete. La idea, un falso trailer (pues la película en sí no existía) en una anterior obra de Rodríguez, Planet Terror, se materializó en el reciente estrenado largo protagonizado por Danny Trejo. Todo debido, entre otras cosas, al revuelo que este falso corto levantó en algunos de los Estados de los EEUU, por una evidente alusión a una ley de inmigración, de Arizona en concreto, pero también una crítica a lo que es un pensamiento muy arraigado en grandes sectores (partido republicano) de los EEUU. No vamos a continuación hablar de cine, ni de la película, que levanta pasiones y críticas a partes iguales tanto por su temática como por el tratamiento fílmico que Rodríguez ofrece al espectador.

Sin duda, lo que no puede pasar desapercibido, es lo crítico y delicado de la situación de la frontera Mexicano-Estadounidense. El ya nombrado Estado de Arizona, endureció sus leyes de inmigración recientemente, y entre otras perlas en dicha ley estatal se autoriza a la continua sospecha de tu estado (legal o ilegal) si eres extranjero (y más mexicano) y resides en tierras de EEUU. Cualquier policía, incluso "ciudadano americano" puede denunciar"(y casi debe, según las leyes estatales) y exigir los papeles a cualquier individuo que parezca sospechoso. Si tu situación es confusa o irregular, se procederá a la expulsión del país. Mientras tanto, algunos Sheriff como Joe Arpaio han construido verdaderos "campos de concentración" donde privan de libertad a la gente hasta ser deportados, viviendo en literas en un patio, y vestidos todos debidamente ordenado por el sheriff con ropa interior rosa. Por otra parte, esto puede parecer hasta "razonable" comparado con otras prácticas (y ya les digo que de razonable esto tiene poco, incluso nada). Algunos veteranos del ejército, patrullan la frontera con México (levantada con mano de obra de mexicana, ilegales presos de la "ley americana") en busca de mexicanos que hayan conseguido cruzar y "burlar" la vigilancia estadounidense. Estos grupos hacen verdaderas cacerías de inmigrantes, auténticas batidas, amparados por una ley que dice que entrar de forma ilegal a los EEUU es un delito, y amparados por sus méritos ganados en el ejército "de su país", "donde nacieron y donde sus padres se dejaron la vida y el sudor". Matar un inmigrante que entra de forma ilegal y clandestina en los EEUU es gratis para esta gente, y además un deber.
Mientras tanto, los mexicanos, ya una gran población asentada de forma legal y regular en el país, sigue ocupando aquellos puestos de trabajo que "los norteamericanos" no quieren, o son contratados y explotados por sus patrones, que pagan menos por esta mano de obra que trabaja más. Los americanos se quejan que "los espaldas mojadas" se llevan "su" dinero a México, mientras todos sabemos que la economía sumergida no entra en las estadísticas, no se contabiliza como PIB de un país, y EEUU no es la excepción. Mientras tanto las duras condiciones encarecen el precio de la droga, así los cárteles de la cocaína se hacen fuertes en México gracias a la demanda y el consumo "de los ricos del norte".
Por supuesto parece que no importa a los EEUU saber que todos sus estados sureños fueron arrancados a México en un espolio sin parangón, en la cruzada particular de muchos de sus gobernadores y presidentes contra "los indios", su total destrucción ansió Georg Washington mientras que Thomas Jefferson opinó que esa infortunada raza había justificado su exterminio. Para esto sirve el patriotismo.

Mientras tanto no me quiero olvidar del continuo terrorismo de Estado llevado a término por Israel en tierras Palestinas, con sus continuas incursiones y nuevos asentamientos, que evidentemente cubren de odio y razones a los integristas de Hamas. Ni tampoco de la polémica expulsión por parte del Gobierno francés de los gitanos rumanos. Un creciente racismo, el odio al prójimo, el miedo a lo diferente y un vacío y rancio patriotismo parecen tener la culpa de estas tres penosas lacras de la sociedad y la civilización; el racismo, la violencia y el terrosimo de Estado. Lo peor y más preocupante, es que todas ellas son ejercidas y están en auge en los llamados "países civilizados", en el primer mundo y en pro y al amparo de algo que llaman democracia, que suena bien, pero poco más.

1 de octubre de 2010

Breve historia del lince Ramón y el lobo López

Una mañana cualquiera marchaba el lince Ramón a almorzar a la charca rosa. Como de costumbre iba solo. Era sigiloso, pasaba desapercibido para el resto de animales del bosque. Era ágil y, como añadiría el bueno de Kiko Veneno "tiene mucha vista y es gran velocista, y a pesar de todo está en peligro de extinción". De camino, nuestro amigo se cruzó con el lobo López. Animal también solitario, como Ramón, astuto y al que también le gusta pasar desapercibido. El lince se quedó mirando por un instante al lobo, que pronto lo tranquilizó.
L.L- Tranquilo amigo, soy un lobo bueno.
Tras un primer instante de duda, los dos nuevos amigos decidieron compartir destinos por aquella mañana, y se fueron a almorzar juntos. Pronto cogieron confianza y empezaron a intercambiar opiniones.
L.R- Cuanto tiempo lobo ¿que has estado haciendo?
L.L- Nada en especial, todo sigue igual...
Todo seguía igual... ambas especies seguían en peligro de extinción. Y es que ninguna de sus virtudes y aptitudes les servia para nada más que existir, eso sí, sin desistir.
L.R- Ya me lo olía yo, por mis bigotes...
Ambos se continuaron lamentando por su situación. Eran animales solitarios, individuos perdidos entre la multiculturalidad del bosque. Nadie comprendía ni conocía el bosque como ellos... pero ellos sufrían, sufrían la sociedad (lejos del concepto de camada, camadería) sufrían el hombre, la humanidad, su impacto... y es que desde Hobbes, el hombre ha sido el único lobo para el hombre. Extraña sensación tenían el lince Ramón y lobo López de que el mismo que había causado su crítica situación era el que ahora usaba "presumidos presupuestos e infraestructuras para su conservación". Extraña sensación tenían de su llamada "libertad"... -"esto ya no es lo que era"- decía el lince. Ahora vivían en una cautividad controlada, falsa. "Nunca han estado tan protegidos ni se ha acumulado tanto esfuerzo para ellos" (dice la sociedad, o quienes hablan por ella). La seguridad es algo ansiado en "la primera sociedad", pero en la segunda y la tercera... y más allá de ellas, la libertad clama al cielo. Clama al cielo que una parte ínfima de la llamada sociedad controle la gran mayoría de la sociedad mundial, sus recursos, y los recursos de Pachamama (madre tierra; como la conocen los indios e indígenas exterminados, apartados en reservas o posteriormente incorporados a "la civilización").
Ese día, de esa conversación, nació el sindicalismo, la asociación de individuos contra el poder fáctico que intenta vulnerar o alterar el poder gubernamental. Y sobre todo nació la unión de individuos, en una nueva sociedad u orden, contra quienes intentan y fuerzan sumir esta en individuos distraídos, uniformizados y testigos impasibles de una realidad global.
El lince Ramón y el lobo López salieron de sus canciones, se resistieron a subsistir y a desistir... y así dieron la nota, y la campanada.


P.D- Dedicada a Kiko Veneno que tantas historias y letras "de fábula" nos ha brindado, en honor a Federico Mayor Zaragoza que tan "fabulosas" palabras nos ha dedicado y en memoria de José Vidal Beneyto que tan "fabuloso" legado nos ha regalado.