21 de marzo de 2010

Historias de una I





La oscura noche inundaba la habitación. Yacía al lado de la ventana, salpicada por mil estrellas, mientras la luna dibujaba su silueta en el interior de la estancia. Rodeaba sus rodillas con los brazos, mientras dejaba su mentón reposar en estas. Ella siempre fue de sol, del astro padre. Vitalidad, animosidad, alegría... eran palabras que la definían. Pero últimamente esto no era así. Por las noches las dudas, el miedo, la melancolía la asaltaban, y allí estaba aquella noche, junto a la ventana robándole cualquier resquicio de luz, de energía a la oscuridad. Maldita oscuridad que la agotaba y la sumergía en un mar de preguntas y de dudas. Pero de pronto se puso a pensar, se puso a recordar. Recordó noches; noches oscuras, noches abiertas, noches eternas... pero todas ellas cálidas.

Parecía pues que su falta de energía no se debía a la pérdida de contacto con el sol, con la luz... ella, saben, ella siempre fue del astro rey... pero, hubo noches... cálidas. Seguía en sus dudas, en sus pensamientos... Era una chica "feliz", sin demasiados problemas en la vida... la vida... eso que últimamente se detenia todas la noches y retumbaba en su mente. De repente recordó algo que leyó alguna vez, de un buen y sábio escritor. Decía que al nacer, los bebés, nada más ingresar en este mundo hacen un extraño aleteo con los brazos. Esto era curioso, y más, cuando también apuntaba que la gente mayor, justo antes de morir, replicaba este aleteo de brazos. Así, concluía, entre dos aleteos pasa la vida... entre abrazos. Entre abrazos... se repetía ella ahora mentalmente. ¿Seria ese su problema? Cual era realmente la energia que le daba vida. Entre abrazos pasa la vida, y entre abrazos a veces, esta, aprisionada, se detiene por momentos.

Seguía al lado de la ventana. Era tarde, o pronto... tuvo un presentimiento. De repente sus dudas se alejaron. Unos brazos la rodearon, ella no se movió, pero por primera vez en muchas noches ella sintió calor. Seguía mirando a través de la ventana. La noche era ya menos oscura. Al fondo, el sol rojizo aparecía, estaba amaneciendo.

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