Sin duda este es uno de los puntos polémicos y conflictivos de la actualidad, y ya no solo a nivel nacional. La figura de este juez se ha visto mancillada recientemente tras la decisión del CGPJ (Consejo General del Poder Judicial) de suspender, al menos de forma momentánea y cautelar, al magistrado de la Audiencia Nacional, ante el anuncio de su posible marcha a La Haya, abandonando así su judicatura en la Audiencia, como mínimo, de forma provisional.
Baltasar Garzón, encausado por sus investigaciones sobre los crímenes del Franquismo, es acusado de prevaricación, mientras algunos se preguntan sobre el derecho de este (y supongo otro juez, si lo hubiese con semejante predisposición y arrojo) para juzgar dichos actos (vistos desde un punto de vista jurídico ordinario como "posibles delitos que han prescrito").
Sin duda, este magistrado es uno de los máximos representantes y garantizadores de la Democracia moderna en el mundo, y uno de los más acérrimos defensores de los Derechos Humanos. Este noble juez ha perseguido el narcotráfico, el terrorismo (incluido el llamado terrorismo de Estado, siendo un gran azote para la organización ETA) y la corrupción, como en el GAL (encausando y juzgando el propio partido político con el que concurrió a las urnas).
Además, Garzón ha sido uno de los pioneros en juzgar crímenes contra la humanidad (figura acuñada el 8 de Agosto de 1945 en el Acuerdo de Londres, para poder juzgar las actividades Nazis). Conocido por su persecución (con la consecuente orden internacional de arresto) al general Augusto Pinochet. Participó como miembro de la Audiencia Nacional en el auto de 1998 "confirmando la juridisción de España para conocer de los crímenes de genocidio y terrorismo cometidos durante la dictadura Argentina". En 1999 argumentó que también hubo genocidio en Argentina (no solo en la Chile de Pinochet) ya que entendió que "la Junta tenia como objetivo establecer un nuevo orden -como en Alemania pretendía Hitler- en el que no cabían aquellas personas que no encajaban en el cliché establecido". Ya apareció jurídicamente la polémica sobre la definición de genocidio.
Evidentemente lo acontecido en el cono Sur durante los 70 no es comparable a lo sucedido en la Alemania Nazi o en el 1994 en Ruanda, pero la diferencia era solo semántica, detalles, como siempre en este tema, que quedaron de sobra superados ya en estos años de los 90. Recalcar, que curiosamente esta oleada del incremento de caudillos en el cono Sur y la aparición del "genocidio" están estrechamente relacionadas con la propagación de las ideas Neoliberales de la Escuela de Chicago dirigidas por Friedman.
Genocidio según aprobó el 11 de Diciembre de 1946 la ONU en respuesta al Holocausto Nazi fue definido como "actos en los que los grupos raciales, religiosos, políticos o de otro tipo han sido destruidos en su totalidad o parte". No obstante, esa versión no era la actual, ya que dos años después, en 1948, Stalin propuso eliminar la palabra "políticos" de la definición del documento original de Naciones Unidas, propuesta secundada por otros líderes políticos que también quisieron reservarse "el derecho a exterminar sus oponentes políticos". Esa versión original fue recuperada para ampliar los campos del derecho universal, recortados por la intervención "proteccionista" de Stalin.
A partir del precedente que el juez Garzón, a nivel del derecho internacional, sentó con la persecución de lo que estaba ya estipulado como crímenes contra la humanidad, otros jueces juzgaron semejantes actos, como es el caso por ejemplo de la sentencia en el 2006 al comisario de la policía de la provincia de Buenos Aires durante la Junta, Miguel Osvaldo Etchecolatz. Así pues este magistrado es sin duda un ejemplo a nivel internacional. La defensión de la justicia universal frente a la impunidad, la corrupción... personificada, y encarna la libertad e independencia del juez para aplicar el derecho... el derecho universal.
El problema ahora es otro diferente. Nadie es profeta en su tierra, y por lo politizado y mediatizado del poder judicial aquí en España nos hemos metido en un debate de formas (que no de fondo) que nos está dañando bastante a nivel internacional. También es verdad que estamos en tiempos de crisis (la crisis del shock, causado por el Neoliberalismo, que también actúa a nivel político) y en estos tiempos las posturas se vuelven mucho más conservadoras de lo normal (hasta la izquierda pliega filas y saluda los principios más injustos y antisociales marcados por el mercado) y cualquier gesto de progreso en libertades individuales, o justicias sociales es mal recibida.
"Las heridas que no se limpian vuelven a salir". "Es compatible la memoria, la justicia y el resarcimiento de las víctimas". Y no confundamos venganza con justicia.
Baltasar Garzón, encausado por sus investigaciones sobre los crímenes del Franquismo, es acusado de prevaricación, mientras algunos se preguntan sobre el derecho de este (y supongo otro juez, si lo hubiese con semejante predisposición y arrojo) para juzgar dichos actos (vistos desde un punto de vista jurídico ordinario como "posibles delitos que han prescrito").
Sin duda, este magistrado es uno de los máximos representantes y garantizadores de la Democracia moderna en el mundo, y uno de los más acérrimos defensores de los Derechos Humanos. Este noble juez ha perseguido el narcotráfico, el terrorismo (incluido el llamado terrorismo de Estado, siendo un gran azote para la organización ETA) y la corrupción, como en el GAL (encausando y juzgando el propio partido político con el que concurrió a las urnas).
Además, Garzón ha sido uno de los pioneros en juzgar crímenes contra la humanidad (figura acuñada el 8 de Agosto de 1945 en el Acuerdo de Londres, para poder juzgar las actividades Nazis). Conocido por su persecución (con la consecuente orden internacional de arresto) al general Augusto Pinochet. Participó como miembro de la Audiencia Nacional en el auto de 1998 "confirmando la juridisción de España para conocer de los crímenes de genocidio y terrorismo cometidos durante la dictadura Argentina". En 1999 argumentó que también hubo genocidio en Argentina (no solo en la Chile de Pinochet) ya que entendió que "la Junta tenia como objetivo establecer un nuevo orden -como en Alemania pretendía Hitler- en el que no cabían aquellas personas que no encajaban en el cliché establecido". Ya apareció jurídicamente la polémica sobre la definición de genocidio.
Evidentemente lo acontecido en el cono Sur durante los 70 no es comparable a lo sucedido en la Alemania Nazi o en el 1994 en Ruanda, pero la diferencia era solo semántica, detalles, como siempre en este tema, que quedaron de sobra superados ya en estos años de los 90. Recalcar, que curiosamente esta oleada del incremento de caudillos en el cono Sur y la aparición del "genocidio" están estrechamente relacionadas con la propagación de las ideas Neoliberales de la Escuela de Chicago dirigidas por Friedman.
Genocidio según aprobó el 11 de Diciembre de 1946 la ONU en respuesta al Holocausto Nazi fue definido como "actos en los que los grupos raciales, religiosos, políticos o de otro tipo han sido destruidos en su totalidad o parte". No obstante, esa versión no era la actual, ya que dos años después, en 1948, Stalin propuso eliminar la palabra "políticos" de la definición del documento original de Naciones Unidas, propuesta secundada por otros líderes políticos que también quisieron reservarse "el derecho a exterminar sus oponentes políticos". Esa versión original fue recuperada para ampliar los campos del derecho universal, recortados por la intervención "proteccionista" de Stalin.
A partir del precedente que el juez Garzón, a nivel del derecho internacional, sentó con la persecución de lo que estaba ya estipulado como crímenes contra la humanidad, otros jueces juzgaron semejantes actos, como es el caso por ejemplo de la sentencia en el 2006 al comisario de la policía de la provincia de Buenos Aires durante la Junta, Miguel Osvaldo Etchecolatz. Así pues este magistrado es sin duda un ejemplo a nivel internacional. La defensión de la justicia universal frente a la impunidad, la corrupción... personificada, y encarna la libertad e independencia del juez para aplicar el derecho... el derecho universal.
El problema ahora es otro diferente. Nadie es profeta en su tierra, y por lo politizado y mediatizado del poder judicial aquí en España nos hemos metido en un debate de formas (que no de fondo) que nos está dañando bastante a nivel internacional. También es verdad que estamos en tiempos de crisis (la crisis del shock, causado por el Neoliberalismo, que también actúa a nivel político) y en estos tiempos las posturas se vuelven mucho más conservadoras de lo normal (hasta la izquierda pliega filas y saluda los principios más injustos y antisociales marcados por el mercado) y cualquier gesto de progreso en libertades individuales, o justicias sociales es mal recibida.
"Las heridas que no se limpian vuelven a salir". "Es compatible la memoria, la justicia y el resarcimiento de las víctimas". Y no confundamos venganza con justicia.
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