La pasada edición del Festival de cine de Venecia estrenó la nueva película de Robert Rodríguez, Machete. La idea, un falso trailer (pues la película en sí no existía) en una anterior obra de Rodríguez, Planet Terror, se materializó en el reciente estrenado largo protagonizado por Danny Trejo. Todo debido, entre otras cosas, al revuelo que este falso corto levantó en algunos de los Estados de los EEUU, por una evidente alusión a una ley de inmigración, de Arizona en concreto, pero también una crítica a lo que es un pensamiento muy arraigado en grandes sectores (partido republicano) de los EEUU. No vamos a continuación hablar de cine, ni de la película, que levanta pasiones y críticas a partes iguales tanto por su temática como por el tratamiento fílmico que Rodríguez ofrece al espectador.
Sin duda, lo que no puede pasar desapercibido, es lo crítico y delicado de la situación de la frontera Mexicano-Estadounidense. El ya nombrado Estado de Arizona, endureció sus leyes de inmigración recientemente, y entre otras perlas en dicha ley estatal se autoriza a la continua sospecha de tu estado (legal o ilegal) si eres extranjero (y más mexicano) y resides en tierras de EEUU. Cualquier policía, incluso "ciudadano americano" puede denunciar"(y casi debe, según las leyes estatales) y exigir los papeles a cualquier individuo que parezca sospechoso. Si tu situación es confusa o irregular, se procederá a la expulsión del país. Mientras tanto, algunos Sheriff como Joe Arpaio han construido verdaderos "campos de concentración" donde privan de libertad a la gente hasta ser deportados, viviendo en literas en un patio, y vestidos todos debidamente ordenado por el sheriff con ropa interior rosa. Por otra parte, esto puede parecer hasta "razonable" comparado con otras prácticas (y ya les digo que de razonable esto tiene poco, incluso nada). Algunos veteranos del ejército, patrullan la frontera con México (levantada con mano de obra de mexicana, ilegales presos de la "ley americana") en busca de mexicanos que hayan conseguido cruzar y "burlar" la vigilancia estadounidense. Estos grupos hacen verdaderas cacerías de inmigrantes, auténticas batidas, amparados por una ley que dice que entrar de forma ilegal a los EEUU es un delito, y amparados por sus méritos ganados en el ejército "de su país", "donde nacieron y donde sus padres se dejaron la vida y el sudor". Matar un inmigrante que entra de forma ilegal y clandestina en los EEUU es gratis para esta gente, y además un deber.
Mientras tanto, los mexicanos, ya una gran población asentada de forma legal y regular en el país, sigue ocupando aquellos puestos de trabajo que "los norteamericanos" no quieren, o son contratados y explotados por sus patrones, que pagan menos por esta mano de obra que trabaja más. Los americanos se quejan que "los espaldas mojadas" se llevan "su" dinero a México, mientras todos sabemos que la economía sumergida no entra en las estadísticas, no se contabiliza como PIB de un país, y EEUU no es la excepción. Mientras tanto las duras condiciones encarecen el precio de la droga, así los cárteles de la cocaína se hacen fuertes en México gracias a la demanda y el consumo "de los ricos del norte".
Por supuesto parece que no importa a los EEUU saber que todos sus estados sureños fueron arrancados a México en un espolio sin parangón, en la cruzada particular de muchos de sus gobernadores y presidentes contra "los indios", su total destrucción ansió Georg Washington mientras que Thomas Jefferson opinó que esa infortunada raza había justificado su exterminio. Para esto sirve el patriotismo.
Mientras tanto no me quiero olvidar del continuo terrorismo de Estado llevado a término por Israel en tierras Palestinas, con sus continuas incursiones y nuevos asentamientos, que evidentemente cubren de odio y razones a los integristas de Hamas. Ni tampoco de la polémica expulsión por parte del Gobierno francés de los gitanos rumanos. Un creciente racismo, el odio al prójimo, el miedo a lo diferente y un vacío y rancio patriotismo parecen tener la culpa de estas tres penosas lacras de la sociedad y la civilización; el racismo, la violencia y el terrosimo de Estado. Lo peor y más preocupante, es que todas ellas son ejercidas y están en auge en los llamados "países civilizados", en el primer mundo y en pro y al amparo de algo que llaman democracia, que suena bien, pero poco más.
2 comentarios:
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