31 de marzo de 2010

La Vieja Europa y la Fábrica de los Sueños


Hollywood ha sido, y continúa siendo, la principal referencia cuando se piensa en la cultura típicamente americana. Sin embargo, la realidad dice que la construcción del Hollywood clásico -ese que ha calado de forma tan profunda en nuestro imaginario colectivo y que configura la imagen de Estados Unidos fuera de sus fronteras- no habría sido posible sin la decisiva aportación de cineastas y técnicos procedentes de Europa.

Así, nos encontramos ante una curiosa contradicción. Una parte importante de los realizadores, guionistas, cámaras y montadores de la época de esplendor del cine americano son originarios de Europa. De ellos se espera que aporten ese "toque europeo" que les hacía diferentes, pero a la vez se les exige un acoplamiento total al sistema de producción hollywoodiense. Por ello, directores puramente europeos dejarán su impronta personal en EE.UU., al mismo tiempo que aplicarán lo aprendido en América cuando regresen a su país natal.

En tránsito. Berlín-París-Hollywood (T&B Editores, 2009) es un libro que recopila (la edición corre a cargo de Carlos Losilla) una serie de artículos firmados por grandes estudiosos del cine (Thomas Elsaesser, Quim Casas, Adrian Martin o Áurea Ortiz) que tienen como hilo conductor el análisis del papel que los "emigrados" europeos tuvieron en la configuración del Hollywood clásico. Unos emigrados que, contrariamente a lo que se suele creer, no llegaron a Estados Unidos tan solo huyendo de la guerra o del fascismo -aunque hubo casos así-, sino que muchos veces dieron el salto a Hollywood atraídos por las nuevas posibilidades técnicas, económicas y artísticas que allí se ofrecían.

Desde la primera oleada de emigrantes (Ernst Lubitsch, F.W. Murnau, Michael Curtiz, William Dieterle) hasta la llegada del contigente que escapaba del auge del nazismo (Billy Wilder, Fritz Lang, Douglas Sirk), muchas de las mejores películas de la época llevan el sello de los autores europeos. Como el propio subtítulo del libro indica -Más allá de la historia del cine-, no sólo se trata de las películas, sino también de todo el contexto cultural que rodea el trabajo de estos cineastas.

El libro no se detiene en el periodo clásico de Hollywood, sino que extiende su discurso hasta los autores contemporáneos, cineastas que siguen haciendo el recorrido Berlín-París-Hollywood no necesariamente por ese orden, sino viajando y deteniéndose indistintamente en uno u otro lugar. Emigrantes de ida y vuelta como Wim Wenders o Volker Schlöndorff, curiosos como Michael Haneke o inclasificables como Jean-Luc Godard tienen cabida en este trayecto.



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2 comentarios:

different is mine dijo...

Se puede llamar clásico también al tránsito de artistas entre el viejo continente y Hollywood...Creo que tanto aporta, sin duda, el cine auropeo al americano (Hollywoodiense)como viceversa, pero la mayoría de esos directores que has nombrado... desde mi humilde opinión (basándome en mi subjetividad como receptor de una historia) han hecho mejor películas en europa que en america, salvo quizá el caso de Wim Wenders...con peliculas como Paris-Texas o Buena Vista Social Club.
Como creo que ninguna película de Buñuel mexicana supera las "españolas" o "francesas", es raro que alguno de estos directores (aunque escepciones las hay y siempre las habrá), a parte de enrriquecerse, tanto profesional como económicamente, se adapten a las exigencias de un público americano, diferente al auropeo, incluso estéticamente. El cine americano tiene ya sus propias figuras que encumbrar y venerar.
No obstante, y a aprte de mi "juicio de valor", es una celebración la publicación de un libro semejante, escrito por expertos en la materia, de sobra conocidos (algunos más que otros por nosotros), que deja todo lo que he hecho/dicho de lado y analiza con rigor ese flujo e intercambio tan importante e interesante en la historia del cine.

Artur dijo...

Discrepo, Los olvidados es la mejor peli de Buñuel y es mexicana. Simón del Desierto, Él y Nazarín también lo son. No me gusta su etapa francesa.
Europeos como Lubitsch, Wilder y Chaplin crearon el cine americano, otros como Lang o Renoir patinaron y mucho al cruzar el charco y es una lástima pues son dos de mis favoritos...

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